Rafael Dresdner-Vicencio
Mi nombre es Rafael, y me gusta que me digan rafa. Nací en Suecia dado que mis padres se conocieron en el exilio. A la caída del régimen militar en Chile ellos decidieron volver, así que a los 7 años comencé a crecer en Chiguayante, en la Región del Bio Bio, un lugar que recuerdo con cariño por sus cerros, árboles, los espacios que compartía con el Quetro, mi perro, y mi abuelo Nelson a quienes llevo conmigo donde esté. Actualmente vivo en Santiago con mi pareja y compañera de viajes, aventuras y desvelos de quien valoro su alegría a toda prueba y su capacidad de disfrutar de las cosas más cotidianas.
Me gustan los espacios terapéuticos diversos, como también el aprendizaje y la investigación/indagación sobre lo que hacemos y los efectos que tiene, este último un gusto que he adquirido de forma reciente. Considero tremendamente valiosas y enriquecedoras las posibilidades que participar de conversaciones terapéuticas, prácticas narrativas y diálogos abiertos aporta a mi vida. Siempre siento que quedo en deuda en relación a la posibilidad de responder a las contribuciones de la gente que participa de estos encuentros y en la construcción de vida preferidas y compartidas con seres queridos. Por lo mismo, me interesa seguir aprendiendo para así ir rindiendo sincero tributo a la confianza, sensaciones e historias que las personas comparten en sus búsquedas, en los momentos en que nuestros caminos se cruzan.
Actualmente trabajo como terapeuta independiente, presidente de la Corporación Voces, soy miembro activo del Movimiento de Defensa de la Salud Mental y el año pasado finalicé el magíster en Psicología Clínica Adultos de la Universidad de Chile en el cual sistematicé los usos de la ucronía como acercamiento a las vidas posibles en los diálogos terapéuticos.